martes, 12 de mayo de 2009

LA CULPA NO FUE MÍA


He aquí lo que escribieron algunos conductores para explicar el accidente automovilístico en el cual se vieron involucrados:

§ “Al llegar a una intersección, un arbusto apareció de pronto, dificultándome la visión”
§ “Un auto invisible salió de algún lugar, dio contra mi auto y luego desapareció”
§ “El poste del teléfono se acercaba a toda velocidad. Yo intenté salirme de su camino cuando me golpeó de frente”
§ “La causa indirecta de este accidente fue un hombre pequeño en un carro pequeño con una boca grandota”
§ “Había venido conduciendo mi automóvil por cuatro años cuando me dormí en el volante y tuve un accidente”
§ “Iba camino al doctor con problemas en mi parte de atrás cuando mi unión universal cedió provocándome un accidente”
§ “Atropellé al peatón cuando traté de evitar golpear el parachoques del carro que iba adelante”
§ “Venía para mi casa, me metí en la calzada equivocada y golpeé un árbol que yo no tenía”
§ “Solo me estaba cuidando del auto que venía detrás de mí”
§ “El transeúnte no tenía idea de cuál dirección tomar, así es que pasé por encima de él”
§ “El tipo estaba en medio del camino, así es que tuve que hacer varios virajes antes de golpearlo”
§ “Me salí al lado del camino, le eché una mirada a mi suegra, y me fui contra al terraplén”

Muchas personas en la supercarretera del fracaso cometen errores pero se niegan a admitirlos. Ven cada obstáculo o error como una falta cometida por otra persona. Y como resultado, por lo general responden en una o más excusas.
Maxwell, John C.

Y Dios le dijo: ¿Quién te ha hecho saber que estabas desnudo? ¿Has comido del árbol del cual te mandé que no comieras? Y el hombre respondió: La mujer que tú me diste por compañera me dio del árbol, y yo comí. Entonces el Señor Dios dijo a la mujer: ¿Qué es esto que has hecho? Y la mujer respondió: La serpiente me engañó, y yo comí. Génesis 3:1-13.

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