miércoles, 2 de septiembre de 2009

LECCIONES DE UN FUGITIVO


Se nos dice que el profeta Jonás compro un pasaje para ir a Tarsis, en un intento por escapar de la presencia del Señor, y por tanto evitar la misión que Él le dio.

Es probable que ninguno de nosotros reservaría un boleto para volar a un país distante y escapar de la presencia de Dios. No obstante, los creyentes tratan de huir de Dios de muchas maneras diferentes, y terminan experimentando los apuros de Jonás.Mientras huía del Señor, el profeta pasó por alto algunas cuestiones fundamentales que todos debemos tener en cuenta. En primer lugar, creyó equivocadamente que huir del Señor lo libraría de tener que obedecerle. Probablemente nunca imaginó lo persistente que puede ser el Señor cuando nos llama a realizar una tarea. Jonás descubrió que es imposible huir de Dios; Su amor nos perseguirá aun en las profundidades del mar, para conformarnos a Su voluntad y plan para nuestras vidas. Dios simplemente no dejará de actuar por nuestra evasiva desobediencia.

Jonás también había pasado por alto el hecho de que la dirección de la desobediencia es también hacia abajo. La Biblia nos dice que el renuente profeta al comienzo descendió a Jope. Allí encontró una nave y descendió a ella. Lo siguiente fue que descendió a las profundidades del mar; incluso descendió a los cimientos de los montes (Jon. 2:6).

Cuando usted huye de Dios, no hay lugar donde esconderse, ni aun en el fondo del mar. Toda nuestra vida esta siempre a la vista del Señor. Por esto, en vez de tratar de huir de Su presencia, déle la bienvenida.
WFP4

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