viernes, 22 de julio de 2011

LA FRUSTACIÓN DE UNA MADRE ADOLESCENTE



Cuando se habla irresponsablemente de sexo a niños y adolescentes.
Cuando parece que el matrimonio uno e indisoluble es algo del pasado.
Cuando la maternidad más que un don es un accidente desagradable que hay que evitar.
Cuando se faciliten todos los medios para eliminar vidas engendradas pero no deseadas.
Cuando la moral, la ética, la decencia no cuenta…, ocurre lo que está pasando
.

Muchas adolescentes que alegremente han quedado embarazadas pero no han querido abortar se ven como frustradas en la vida, como atrasadas mentales y ancladas en un pasado que a muchos les provoca la risa.

Él último número de la revista Buena Nueva trae un artículo que por su interés reproducimos en el Blog.

Elegir la vida siempre es acertar.
Un estudio elaborado conjuntamente por el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y la Universidad Complutense de Madrid en mayo de 2010, llamado "Maternidad adoles­cente en España", concluye de la siguiente mane­ra: "La maternidad en la etapa adolescente conlle­va una notable aceleración del curso vital respec­to a sus coetáneas que han sido madres pasada la adolescencia (...)". Lo que viene a decir en defi­nitiva que ser madre adolescente hará que tu vida profesional sea precaria, tu vida sentimental frágil y además no quieras a todos tus hijos, pues tendrás más de los que era tu ideal.

Actualmente los poderes públicos están incitan­do a los adolescentes a iniciarse lo antes posible en las relaciones sexuales pero con protección, por supuesto, sin parar a pensar si estos han alcanzado la madurez emocional adecuada para comprender lo que implica una relación sexual.

Una relación sexual no es un simple juego de placer generado entre un hombre y una mujer. Una relación sexual, por su contacto y unión físi­ca con la otra persona, genera una dependencia del otro y unos profundos lazos de unión que, según pretenden enseñar los poderes públicos, deberían quedar reducidos al sexo o al placer del momento. Además, para que no se compliquen la vida con un hijo, les incitan a emplear preser­vativos, dando a entender que los bebés inespe­rados son los peores males de una relación sexual, sin analizar todas las Enfermedades de Transmisión Sexual (ETS) que se pueden con­traer en este tipo de relaciones: clamidia, gono­rrea, sífilis, virus del papiloma humano (VPH), herpes genital, tricomoniasis, piojo púbico, sarna y el VIH que produce el SIDA.

No importa que aumenten los contagios de SIDA, el VPH, la clamidia, la sífilis... ¡Lo impor­tante es no quedarse embarazada! Pues, según la señora Delgado, una vida infeliz es conse­cuencia de tener un hijo siendo madre adoles­cente. Sin embargo, tener que vivir para siempre con alguna ETS - y no hablemos ya del SIDA que causa la muerte o el VPH la infertilidad - no pro­voca el rechazo de una futura pareja estable o el acceso a un buen trabajo profesional.

Es el momento de dejar de pensar en prevenir los embarazos adolescentes con políticas anti­conceptivas que llevan más de treinta años fra­casando en España y que no frenan los embara­zos inesperados (según un estudio de la Clínica Dator, el 49 % de los abortos que se realizan es consecuencia del fallo del preservativo).

Actualmente los síntomas del drama del aborto son negativos para la mujer: depresión, autolesiones, aborrecimiento de los bebés, pesadillas, insomnio... En cambio, el embarazo potencia el esfuerzo por alcanzar metas familiares y profesionales. ¿Qué eliges: esforzarte más para obte­ner un trabajo y una pareja estable o padecer depresión, pesadillas insomnio, autolesiones, etc.?

No es justo atribuir al bebé la culpa de no obte­ner el éxito laboral deseado, o una pareja esta­ble. Es el momento de ser responsable, pensar en las consecuencias de una relación sexual y razonar si estamos dispuestos a afrontar todas las consecuencias de la misma, con madurez. Sí crees que no estás preparada para tener un hijo, no te la juegues, espera. Un preservativo nunca garantizará una fiabilidad del 100 % para no quedarte embarazada, y el aborto tampoco solu­cionará tu vida. Solo con esfuerzo y responsabili­dad es posible alcanzar los ideales que propone la señora Margarita Delgado, pero los anticon­ceptivos no solucionarán el problema.

Es responsabilidad de todos frenar este desor­den de vida generado por las mentiras de unos y la pasividad de otros. Políticos, juristas, médi­cos, profesores y, sobre todo, padres, tienen la responsabilidad de informarse de la realidad social en la que vivimos, porque las cifras actua­les desmienten completamente las conclusio­nes antes mencionadas. Debemos actuar en consecuencia y con responsabilidad; de otro modo, dejaremos en mantillas a los genocidios anteriores de la historia, y nuestro futuro se verá abocado a la muerte no solo física sino moral. Lo más progresista que se puede defender, hoy en día, es la cultura de la vida, pues a todos nos va la vida en ello.

No tengo nada más que añadir. Solo solicitar a las autoridades nacionales y autonómicas que tengan un poco de cabeza y mucho más corazón para valorar la vida. Da la impresión que muchas de las que mandan en España no han superado todavía la adolescencia. Y si la han superado dan toda la impresión de que la maldad hacia el género humano llega en ellas/ellos a límites muy peligrosos para la humanidad. El nazismo, comparado con el aborto, se queda corto.


Juan García Inza

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