miércoles, 7 de noviembre de 2012

EL ANACORETA Y EL TEMPLO




Habían tenido unos momentos de oración en una pequeña iglesia románica. Al salir, el Anacoreta preguntó a su joven seguidor:

- ¿Sabes por qué me gustan tanto las iglesias románicas?

El joven respondió:

- Por su desnudez y sencillez. Por la penumbra que hay en ellas.

Sonrió el anciano y dijo:

- No vas desencaminado. Hay templos que me distraen, me alejan de Dios. Dios no necesita templos. Esto se lo dijo Esteban a los judíos citando a Isaías: "El cielo es mi trono y la tierra estrado de mis pies: ¿qué casa me vais a construir? -dice el Señor- ¿qué lugar para mi descanso? ¿No ha hecho mi mano todo esto?". Todo el mundo es templo de Dios

Miró al joven seguidor y continuó:

- Pero el principal templo de Dios es el Hombre. Pablo se lo escribió a los Corintios: "¿No sabéis que sois templos de Dios y que el Espíritu de Dios habita en vosotros?(...) El templo de Dios, que sois vosotros, es sagrado."

Luego concluyó:

- Está bien que tengamos lugares que nos ayuden a recogernos, a unirnos a Dios. Pero no debemos olvidar que cada persona que se cruza con nosotros es un templo de Dios. Si fuéramos conscientes de esto, nuestra oración sería continua...

Joan Josep Tamburini

No hay comentarios: