miércoles, 13 de febrero de 2013

AHORA, VOLVED A MI


"En aquel tiempo Jesús dijo a sus discípulos:

- No practiquéis vuestra religión delante de los demás solo para que os vean. Si hacéis eso, no obtendréis ninguna recompensa de vuestro Padre que está en el cielo.

Por tanto, cuando ayudes a los necesitados no lo publiques a los cuatro vientos, como hacen los hipócritas en las sinagogas y en las calles para que la gente los elogie. Os aseguro que con eso ya tienen su recompensa. Tú, por el contrario, cuando ayudes a los necesitados, no se lo cuentes ni siquiera a tu más íntimo amigo. Hazlo en secreto, y tu Padre, que ve lo que haces en secreto, te dará tu recompensa.

Cuando oréis, no seáis como los hipócritas, a quienes les gusta orar de pie en las sinagogas y en las esquinas de las plazas, para que la gente los vea. Os aseguro que con eso ya tienen su recompensa. Pero tú, cuando ores, entra en tu cuarto, cierra la puerta y ora en secreto a tu Padre. Y tu Padre, que ve lo que haces en secreto, te dará tu recompensa.

Cuando ayunéis, no pongáis el gesto compungido, como los hipócritas, que aparentan aflicción para que la gente vea que están ayunando. Os aseguro que con eso ya tienen su recompensa. Pero tú, cuando ayunes, lávate la cara y arréglate bien, para que la gente no advierta que estás ayunando. Solamente lo sabrá tu Padre, que está a solas contigo, y él te dará tu recompensa."

Iniciamos hoy la Cuaresma. El profeta Joel, en la primera lectura, nos dice en nombre de Dios: "Ahora volved a mí".

Esta cuaresma es una invitación a volver al Señor. Jesús nos indica cómo hacerlo. Nos indica los tres pasos que comentamos el lunes: Limosna, oración y ayuno. Traducido a nuestro lenguaje sería: generosidad y justicia con los demás, relación con Dios y dominio de uno mismo. Pero añade un punto muy importante: todo hay que hacerlo desde el interior de nuestro corazón, sin hipocresía. ¿Cómo podemos llamarnos cristianos si somos corruptos? Nuestra oración, nuestra limosna, nuestro ayuno, son pura hipocresía si los utilizamos para aparentar, para que nos consideren, para nuestro provecho. Ayer una pareja se suicidó en Calviá tras recibir la orden de desahucio. ¿Cómo puede un cristiano, eclesiástico además, decir que los suicidios no están en relación con la crisis? Nuestro ayuno, nuestra oración, nuestra limosna, son pura hipocresía si nuestro hermano es desahuciado, muere de hambre, vive en la calle...

¿Cuándo comprenderemos que el camino hacia Dios pasa por el hermano?

Joan Josep Tamburini

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