viernes, 28 de diciembre de 2018

LA MENTE DE LOS NIÑOS


¡Cuántas veces habré escuchado decir a algunos padres lo bien que están llevando los hijos la separación de los padres! Oigo el mantra de que los niños enseguida pasan página, se acostumbran y se hacen a la nueva situación. Que sus cerebros están en constante evolución y que los traumas no arraigan… A mí me recuerda el cerebro de un niño al cemento fresco, donde se puede escribir lo que se quiera, se puede borrar y sobrescribir cuanto se quiera, pero que una vez endurecido queda fijado para siempre. Pretender que el cerebro infantil, por estar en desarrollo no guarda recuerdo y cicatrices de los dolores infringidos es sostener algo sin base alguna.
El psiquiatra infantil Bruce Perry ha ayudado a muchos niños a superar horrores inimaginables.  Combinando  historias de casos impactantes (muy duros) con sus propias estrategias de rehabilitación, explica en este libro (El chico a quien criaron como perro y otras historias del cuaderno de un psiquiatra infantil) lo que ocurre en el cerebro de un niño expuesto a un estrés extremo y propone diferentes medidas que se pueden tomar para aliviar su dolor, ayudándole a crecer como un adulto sano.
Una de las ideas más poderosas me parece que es la de que el cerebro en sus etapas más tempranas sigue una pauta fija, seriada y continuada que precisa de los adultos una estimulación en el niño. Si esa no se da, el cerebro no continúa esa parte del desarrollo y se estanca. Puede resultar afectada una parte pequeña o puede que todo el cuerpo se vea afectado por ella. Como en el caso de una niña, que ni crecía ni cogía peso pese a estar siendo más que debidamente alimentada.
Desde un punto de vista médico, pero también muy humano, este libro ofrece muchas claves interpretativas que nos pueden hacer replantearnos cómo tratamos a los niños o a entender o comprender la manera en la que se comportan jóvenes que han pasado por situaciones difíciles.
PERRY, B. y SZALAVIT, M.
Urko

SANTOS E INOCENTES O AL REVÉS


Es bien triste que se aproveche cada año el recuerdo que se trae hoy mismo a la memoria para hacer chanza y chistes al respecto del espíritu del mismo. Y aún es más triste que haya católicos que participen de eso o que gocen viendo como otros lo hacen… 

Hubo, entonces, muchos inocentes que fueron santos porque dieron su vida, protomártires, por Cristo sin saber siquiera razones de tal suceso. Santos que de seguro subirían a la Casa de Dios para morar eternamente en las praderas de su Reino cuando se abrieron las puertas del Cielo. ¿Qué tiene eso de gracioso, tales muertes de diversión? 
Aquello lo describe el evangelista Mateo en los versículos 13 al 18 del capítulo 2 de su Evangelio. Y lo hace así: “Después que ellos se retiraron, el Ángel del Señor se apareció en sueños a José y le dijo: ‘Levántate, toma contigo al niño y a su madre y huye a Egipto; y estate allí hasta que yo te diga. Porque Herodes va a buscar al  niño para matarle.’El se levantó, tomó de noche al niño y a su madre, y se retiró a Egipto; y estuvo allí hasta la muerte de Herodes; para que se cumpliera el oráculo del Señor por medio del profeta: ‘De Egipto llamé a mi hijo’. Entonces Herodes, al ver que había sido burlado por los magos, se enfureció terriblemente y envió a matar a todos  los niños de Belén y de toda su comarca, de dos años para abajo, según el tiempo que había precisado por los magos. Entonces se cumplió el oráculo del profeta Jeremías: ‘Un clamor se ha oído en Ramá, mucho llanto y lamento: es Raquel que llora a sus hijos, y no quiere consolarse,  porque ya no existen.”
Este texto del Evangelio de San Mateo muestra, por ejemplo, hasta dónde puede llevar el ansia de poder al ser humano. Pero también muestra, nos enseña, que antes de todos los mártires hubo quienes entregaron su vida por Quien acababa de nacer. 
Antes de esto digamos que el Rey Herodes parecía no tener mucha prisa por conocer dónde iba a nacer el Mesías. Lo decimos porque, si bien había dicho a los Magos que quería ir a adorar al Niño que iba a nacer, pasan 2 años (según el texto de este Evangelio) hasta que decide perseguir al recién nacido. Además, ya había emigrado a Egipto la Sagrada Familia por lo que difícilmente iba a encontrar a quien quería matar por miedo, seguramente, a perder su mundano poder. 
Aquí, sin embargo, no nos interesan para nada las peripecias de un rey con minúscula sino la existencia de unos seres humanos que murieron de una forma injusta e ilegítima (nadie tiene derecho a quitar la vida a otro ser humano de tal manera) y la dieron por un Rey con mayúscula: el del Universo. 
Sin duda alguna que aquellos niños que, por decirlo pronto, tampoco serían muchos (uno solo hubiera sido, ya, aberrante) daban su vida de esa manera, eran plenamente Inocentes. Lo eran porque nada habían hecho para merecer una muerte tan cruel a inhumana. Pero también eran inocentes porque no es de pensar que hubieran hecho algo en su vida que les pudiera imputar culpabilidad alguna. 
Todo, pues, apunta hacia una meta clara: el Mal, representado por el matarife Herodes quería aniquilar al Bien y, para conseguirlo, no se paraba en nada, no tenía límite su miseria humana. 
Pero, frente a eso, la vida de aquellos Inocentes que morirían a espada representa el ejemplo más evidente de lo que supone dar la vida, sin saberlo siquiera, a manos de quien puede quitarla y, de poder, la quita, sin tener en cuenta lo que eso puede suponer para quien la pierde. 
Eran, pues, Inocentes. Y celebramos, por eso mismo, una matanza, la de aquellos que fueron mártires sin haber sido, aun, testigos; mártires de antes de que los mártires fueran mártires; mártires e Inocentes. ¿Qué tiene eso de gracioso, tales muertes de diversión? 
Pero también podemos decir que eran Santos (¡pues lo eran!). Y lo eran porque estaban libres (como antes hemos apuntado) de  toda culpa. Y es que la santidad necesita, para que pueda predicarse eso de alguien, que no haya culpa alguna o, por decirlo de otra forma, que la limpieza de alma sea total y absoluta. Y aquellos niños, Inocentes, bien podemos decir que recibieron una fama de santidad tras su muerte que supuso, por la noticia de lo que pasó y las razones por las que pasó, un decir que lo eran antes de poder serlo. Una santidad, pues, antecedente es lo que podemos predicar acerca de la situación de estos niños Inocentes. 
¿Habrá algo peor que hacer mofa, en este día, de este día, a costa de día? 
De todas formas, eran momentos difíciles para unos niños que fueron entregados al odio y a la venganza sin causa salvo el motivo y objeto del desprecio que, por la vida, a veces, tiene el ser humano. 
Y hoy mismo muchos otros niños, abortados, dan su vida que nunca verá la luz del día. También son Inocentes con mayúscula y Santos también con mayúscula porque su existencia la entregan también a la mundanidad y al ánimo de tener escaso aprecio por el prójimo siendo, como es el caso, el más indefenso de todos. 
Inocentes y Santos. Así eran aquellos y así son los de ahora; Inocentes y Santos. Aquellos y los de ahora eran y lo son.
Padre Dios, Tú que creaste al hombre a tu imagen y semejanza y quisiste para él lo bueno, Tú que con tu aliento insuflaste la vida y diste gracia y dones, Tú que esperaste lo mejor de tu creatura y que cumpliste lo prometido con tu pueblo, acoge, Padre Bueno, en tu Santo Seno Misericordioso a los que el egoísmo no quiso y a los que el egoísmo no quiere.
Padre Dios, Creador que mantiene su creación con magnanimidad y fidelidad, añade, a los santos del cielo a los que murieron por Cristo y a los que mueren sin haber nacido.
Amén.
Descansen, todos, en paz.
Niños Santos Inocentes, rogad por nosotros.
Eleuterio Fernández Guzmán

¿POR QUÉ SE HACE BROMAS EL DÍA DE LOS INOCENTES?


Lo primero que hay que decir es que esta tradición es propia de los países hispanos.

Por: Luis Antequera | Fuente: Religión en Libertad
Ni que decir tiene que el hecho de que las bromas que nos gastaremos los unos a los otros tal día como hoy se llamen inocentadas está estrechamente relacionado con el día de los santos inocentes que conmemora la matanza de los niños de Belén ordenada por el Rey Herodes para eliminar al heredero davídico de cuyo nacimiento estaba informado por medio de los Magos venidos de oriente. Un episodio que, sólo nos narra el evangelista Mateo.

Ahora bien, ¿por qué esas bromas se gastan en tal día de los inocentes como el que celebramos hoy y no en cualquier otro día del año?

Lo primero que hay que decir es que tradición tal es propia de los países hispanos, España desde luego, y todos o casi todos los que pertenecen a la gran familia hispana de naciones. Y ello no sin excepciones como Menorca, la pequeña y preciosa isla balear que por mor de los años que pasó de dominación británica, los que van del 1714 al 1782, tuvo tiempo de adherirse a la costumbre anglosajona por lo que al día de las bromas se refiere, que celebra con el nombre de “Dia d’enganyar”. Y es que en los países de raigambre germánica y anglosajona, la citada costumbre de las bromas se produce el 1 de abril, la que en inglés se denomina la “April Fools’ Day”. Una costumbre que pasa también a algunos países latinos tales como Francia, donde se da en llamar el “Poisson d’avril” (“pescado de abril”), o Italia donde se lo denomina el “Pesce d’aprile” con idéntica traducción.

Pero volviendo a nuestro día de los inocentes que es lo que aquí nos interesa, la costumbre bien podría estar relacionada con una fiesta que aún se celebra en algunos lugares de España, cual es la “Fiesta del obispillo”. Una fiesta que parece remontarse a la edad media, -aunque por lo que a su aspecto bromístico podría hundir aún más su raíces en las llamadas “libertates decembricae” romanas-, consistente en la investidura burlesca de un niño de la escolanía de la catedral como obispo, depositando en él la autoridad. La larga celebración comenzaba el 6 de diciembre, día de San Nicolás -santo que se halla, por cierto, detrás de ese icono navideño que es Santa Klaus (“Santa” directamente en los Estados Unidos), Saint Nicklaus en origen, y que está estrechamente vinculado desde el inicio a los niños y a los regalos infantiles-, y finalizaba precisamente el 28 de diciembre, día de los inocentes en el que tenía lugar la apoteosis de las bromas.

La fiesta se habría celebrado en muchos lugares de Europa, -sería el “Obispo de los locos” en España; el “Episcopus puerorum” y el “Abbas stultorum” en Francia; el “Obispo dei pazzi” en Venecia; el “Boy bishop” en Inglaterra- aunque sólo en España habría terminado asociada a las inocentadas que celebramos hoy, mientras en el resto de los países europeos su tradición habría decaído frente a la comentada más arriba del primer día de abril.

LA MATANZA DE LOS SANTOS INOCENTES SEGÚN LO RELATÓ LA BEATA ANA CATALINA EMMERICK


En esta oportunidad compartimos el aterrador relato que ella contó sobre lo que vio sobre esta masacre.

Por: Ana Catalina Emmerick | Fuente: Catholic.net
Cuando Jesús tenía alrededor de un año y medio de edad, se le apareció un ángel a la Santísima Virgen, en Heliópolis y le hizo saber de la matanza de los niños por Herodes. José y Ella se afligieron mucho, y el Niño Jesús lloró durante todo el día. He aquí lo que yo vi en aquella ocasión.

No habiendo vuelto a Jerusalén los tres Reyes, los temores de Herodes, que en aquel momento estaba resolviendo varios asuntos de familia, se calmaron un poco; pero recrudecieron nuevamente cuando, después del retorno de la Sagrada Familia a Nazaret, llegaron hasta él mil rumores relacionados con las predicciones hechas por Simeón y por Ana durante la presentación de Jesús en el Templo. Con diversos pretextos, mandó soldados a diferentes lugares de los alrededores de Jerusalén, a Gilgal, a Belén, y hasta a Hebrón, e hizo hacer un censo de los niños. Los soldados ocuparon aquellos sitios durante nueve meses. Herodes, mientras tanto, se hallaba en Roma, y sólo después de su vuelta, fueron degollados los niños.

Juan tenía en aquella época dos años, y había estado escondido en casa de sus padres desde algún tiempo antes de que Herodes hubiera dado a las madres la orden de presentar ante las autoridades a sus hijos de edad de dos años o menos. Santa Isabel, advertida por un ángel, huyó nuevamente al desierto con el pequeño San Juan. Jesús tenía en aquel momento cerca de un año y medio y ya podía correr.

Los niños fueron degollados en siete lugares diferentes. Se había prometido a las madres buenas recompensas a su fecundidad, y ellas llevaron sus hijitos a las casas donde estaban las autoridades, vestidos con sus más lindos trajes. Los hombres fueron despedidos, y las madres separadas de los niños, que fueron degollados por los soldados en patios cerrados, amontonados y enterrados en fosos.

Hoy al mediodía, vi a las madres con sus niños de dos años, y de menos, venir a Jerusalén, de Hebrón, de Belén, y de otro lugar donde Herodes había enviado a sus soldados y dado órdenes a sus funcionarios.

Se dirigían a la ciudad en diferentes grupos, y varias llevaban a dos niños, e iban montando asnos. Todas fueron conducidas a un gran edificio, y los hombres que las acompañaban fueron despedidos. Ellas entraron alegremente, pues creían que iban a recibir gratificaciones por su fecundidad.

El edificio estaba un poco aislado y bastante cerca del que fué más tarde la casa de Pilatos. Se hallaba rodeado de muros, de manera que desde afuera no se podía saber fácilmente lo que sucedía en el interior. Aquello debía de ser como un tribunal, pues en el patio vi unos pilares y unos bloques de piedra con cadenas colgando; había allí también unos árboles, que se encorvaban y ligaban juntos, mientras se ataba en ellos a los hombres. Al soltarlos luego, se enderezaban rápidamente, deshaciendo a aquellos desgraciados. Era un edificio macizo y sombrío. El patio era casi tan grande como el cementerio que hay a un lado de la iglesia principal de Dulmen. Una puerta que se abría entre dos muros, llevaba a ese patio, rodeado de construcciones por tres lados. Los edificios de la derecha y de la izquierda tenían un piso solamente; el del centro parecía una antigua sinagoga abandonada. Esas construcciones tenían puertas que daban sobre el patio.

Las madres fueron llevadas, a través del patio, a los dos edificios laterales, y allí se las encerró. Me hicieron el efecto de hallarse en una especie de hospital, o de posada. Cuando se vieron privadas de libertad, tuvieron miedo y empezaron a llorar y a lamentarse. Pasaron así toda la noche.

Hoy después de mediodía vi un cuadro horroroso. En la casa de justicia asistí a la matanza de los inocentes. El gran edificio posterior que cerraba el patio tenía dos pisos. El inferior estaba formado por una sala grande y desnuda, parecida a una prisión o a un gran cuerpo de guardia; encima, había una pieza cuyas ventanas daban sobre el patio. Vi allí a varios personajes reunidos como en un tribunal; delante de ellos tenían unos rollos colocados sobre una mesa. Creo que Herodes estaba presente, pues vi a un hombre con manto rojo, adornado de piel blanca ; esta piel tenía unas pequeñas colas negras. Lo vi, rodeado por los demás, mirando por la ventana de la sala.

Las madres, con sus niños, eran llamadas una a una, para ser conducidas de los edificios laterales a la sala inferior grande del cuerpo de edificio que estaba detrás. A la entrada, los soldados les quitaban sus niños y los llevaban al patio, donde una veintena de ellos los mataban, atravesándoles la garganta y el corazón con espadas y picas. Había allí niños fajados, a quienes sus madres aun amamantaban, y otros un poco mayores ya con vestiditos. No los desnudaban; los degollaban, y tomándolos de un bracito o por el pie, los arrojaban al montón. Era un espectáculo horrible.

Las madres fueron amontonadas en la sala grande; y cuando vieron lo que hacían con sus niños, lanzaron gritos desgarradores, arrancándose los cabellos y echándose unas en brazos de otras. Al final estaban tan apretadas, que apenas podían moverse. Creo que la matanza duró hasta la noche.

Los niños fueron echados más tarde, todos juntos, en una fosa abierta en el patio. Me fué mostrado el número, pero ya no me acuerdo bien. Creo que había setecientos, más una cifra en la que se hallaba un siete o diez y siete.

Ante esta visión quedé aterrorizada; no sabía dónde tenía lugar esto; creía que era aquí. Sólo cuando desperté me repuse poco a poco. A la noche siguiente vi a las madres sujetadas con ligaduras y llevadas a sus casas por los soldados. El lugar de la matanza de los niños en Jerusalén fué en el antiguo patio de las ejecuciones, situado a poca distancia del tribunal de Pilatos ; pero en la época de éste sufrió varios cambios. En momentos de la muerte de Jesús vi abrirse la fosa donde habían sido echados los niños degollados; sus almas aparecieron, y salieron de allí.

¿OCURRIÓ REALMENTE LA MATANZA DE LOS SANTOS INOCENTES?


Hoy en día muchos plantean dudas ante la verdad histórica de este hecho, ¿qué podemos decir nosotros?

Por: Anwar Tapias Lakatt | Fuente: Católicos firmes en su fe.
 Cada 28 de diciembre se conmemora en el mundo católico a los santos inocentes, esos que murieron según la Biblia por orden de Herodes, quien buscaba acabar con Jesús. Este relato de San Mateo ha recibido críticas de quienes lo consideran falso por distintas razones. Vamos a intentar responder a esos argumentos.

La historia nos narra que los Magos de Oriente, siguiendo la estrella llegaron a Jerusalén buscando al Salvador, y preguntaron a Herodes. Éste consultó a los escribas dónde debía nacer el Mesías y le informaron que en Belén, así que Herodes pidió a los Magos que le avisaran cuando lo encontraran para también ir a adorarlo. Las intenciones de Herodes eran realmente matar a Jesús pues no quería que su reinado se viera amenazado. Al ver que los Magos nunca volvieron, decidió mandar a matar a todos los niños en Belén menores de dos años. Sin embargo, Dios había avisado en sueños a José que huyera a Egipto. (Mateo 2, 1-18)

Dentro de los argumentos que cuestionan la veracidad histórica de esta narración están:

1. EL TEXTO ES UNA CONSTRUCCIÓN TEOLÓGICA NO UN HECHO REAL OCURRIDO
Hay exegetas y académicos que consideran que esta narración debe entenderse como una construcción teológica del autor para querer dar un mensaje. Se atenta contra la historicidad misma del relato, y por ende de los Evangelios. Vamos a aportar algunas consideraciones del Magisterio de la Iglesia inicialmente, sobre la historicidad de las narraciones de Mateo.

Hay un documento elaborado por la Pontificia Comisión Bíblica en 1911 titulado: Quaestiones de evangelio secundum Matthaeum [1], en el cual se expone:
VII. En particular, ¿debemos considerar carente de fundamento sólido los puntos de vista de aquellos que dudan de la autenticidad histórica de los dos primeros capítulos, que se narran la genealogía y la infancia de Cristo, así como una expresión de gran importancia dogmática, al igual que lo relativo a la primacía de Pedro (Mateo 16,17-19), la forma del bautismo dado a los Apóstoles con la misión universal de la predicación (Mateo 28,19s.), la profesión de fe de los apóstoles en la divinidad de Cristo (Mateo 14:33; ), y otra similar que en Mateo se exponen de una manera particular?

RESPUESTA: SÍ.
En otro documento de la Comisión Pontificia Bíblica titulado De historica evangeliorum veritate:
De hecho, algunos defensores de este método, motivados por prejuicios racionalistas, se niegan a reconocer la existencia del orden sobrenatural y la intervención de un Dios personal en el mundo, que se llevó a cabo a través de la revelación de sí mismo, y la posibilidad y la existencia de los milagros y profecías. Otros parten de una falsa noción de la fe, como si esto no le importara a la verdad histórica, o incluso ser incompatible con ella. Otros niegan a priori el valor histórico y la naturaleza de los documentos de la revelación. Otros, por último, con poca consideración de la autoridad de los apóstoles como testigos de Jesucristo, así como su oficio y su influencia en la comunidad primitiva, exageran el poder creativo de esa comunidad. Todas estas cosas no sólo son contrarias a la doctrina católica, sino también falta base científica y van más allá de los principios correctos del método histórico [2].

Finalmente, el Concilio Vaticano II en su Constitución Dogmática Dei verbum afirma:

CARÁCTER HISTÓRICO DE LOS EVANGELIOS
19. La Santa Madre Iglesia firme y constantemente ha creído y cree que los cuatro referidos Evangelios, cuya historicidad afirma sin vacilar, comunican fielmente lo que Jesús Hijo de Dios, viviendo entre los hombres, hizo y enseñó realmente para la salvación de ellos, hasta el día que fue levantado al cielo. Los Apóstoles, ciertamente, después de la ascensión del Señor, predicaron a sus oyentes lo que Él había dicho y obrado, con aquella crecida inteligencia de que ellos gozaban, amaestrados por los acontecimientos gloriosos de Cristo y por la luz del Espíritu de verdad. Los autores sagrados escribieron los cuatro Evangelios escogiendo algunas cosas de las muchas que ya se trasmitían de palabra o por escrito, sintetizando otras, o explicándolas atendiendo a la condición de las Iglesias, reteniendo por fin la forma de proclamación de manera que siempre nos comunicaban la verdad sincera acerca de Jesús. Escribieron, pues, sacándolo ya de su memoria o recuerdos, ya del testimonio de quienes "desde el principio fueron testigos oculares y ministros de la palabra" para que conozcamos "la verdad" de las palabras que nos enseñan (cf. Lc., 1,2-4)[3].
Por tanto, es arbitrario afirmar que Mateo se inventó una historia sólo para mostrar cómo fue lo acontecido luego del Nacimiento de Jesús. Sin embargo, la no historicidad de este relato encuentra otras justificaciones según quienes le niegan el carácter histórico y le buscan causas al por qué San Mateo lo colocó. Es cierto que para entender el sentido de los hechos narrados se requiere hacer uso de las herramientas de las que dispone la Exégesis pero no se puede de un solo golpe negar la historicidad de este relato.

El Papa Benedicto XVI, en una obra personal como teólogo llamada Jesús Nazareth, aborda el tema de los Magos de Oriente y la matanza de los infantes. Respecto a los cuestionamientos sobre la historicidad del relato hace aportes importantes y nos comparte la opinión de otros erúditos como Klaus Berger, quien afirma:
Hay que suponer, mientras no haya prueba en contra, que los evangelistas no pretenden engañar a sus lectores, sino narrarles los hechos históricos… Rechazar por mera sospecha la historicidad de esta narración va más allá de toda competencia imaginable de los historiadores (p.20)[4]

2. NO HAY FUENTES EXTRABÍBLICAS QUE MENCIONEN ESTE ACONTECIMIENTO Y FLAVIO JOSEFO NO LO MENCIONÓ.
Es cierto, no hay mención de este acontecimiento en ninguna otra fuente cercana que no sea el Evangelio de San Mateo. Pero esto no puede ser un argumento excluyente de la ocurrencia del hecho. Se apela a que Flavio Josefo, historiador judío del siglo I no menciona en Antigüedades, este hecho, siendo que narró muchos episodios de la vida de Herodes. ¿Qué podemos decir al respecto? Citemos inicialmente a Joseph Ratzinger, quien en su obra sobre la infancia de Jesús afirma:
“Es cierto que no sabemos nada sobre este hecho por fuentes que no sean bíblicas, pero, teniendo en cuenta tantas crueldades cometidas por Herodes, eso no demuestra que no se hubiera producido el crimen. En este sentido, Rudolf Pesch cita al autor judío Abraham Shalit: 'La creencia en la llegada o el nacimiento en un futuro inmediato del rey mesiánico estaba entonces en el ambiente. El déspota suspicaz veía por doquier traición y hostilidad, y una vaga voz que llegaba a sus oídos podía fácilmente haber sugerido a su mente enfermiza la idea de matar a los niños nacidos en el último período. La orden por tanto nada tiene de imposible” (en Pesch, p.72)”[5].

Esto que nos hace ver Ratzinger, sobre la crueldad de Herodes es algo evidente para quien investigue su vida. Herodes fue un ser despiadado y sanguinario, dispuesto a lo necesario para mantenerse en el poder. Flavio Josefo si bien no narró la matanza de los infantes, narró que Herodes llegó a matar:
  •           Al líder Antígono (de los Asmoneos) y a 45 hombres de Antígono[6]
  •           A su hermanastro Aristóbulo
  •           Su esposa Marianne
  •           A la madre de Marianne
  •           Sus hijos con Marianne: Alejandro y Aristóbulo
  •           Su primer hijo Antípatro
  •           A muchos de los que pensaba querían quedarse con su trono.
Los libros XV al XVII de su obra Antigüedades nos muestran estos hechos. ¿Si a un rey no le importó la vida de su esposa e hijos, le importaría la vida de unos niños de un pobre pueblo?

INCLUSO, EL HISTORIADOR MACROBIO, EN SU OBRA SATURNALES, LLEGÓ A ESCRIBIR LO SIGUIENTE:
Puesto que había oído que entre los niños que con menos de dos años ordenó matar en Siria el rey de los judíos, Herodes, había muerto incluso un hijo suyo, dijo: Es mejor ser un cerdo de Herodes que un hijo[7].

Lo interesante de esta cita es que es de una fuente pagana, y aunque es tardía, siglo IV, nos muestra el pensamiento de Augusto, el cual es acorde a la forma brutal de actuar de Herodes, en donde sus hijos corrieron peor destino que los mismos cerdos.

Dentro de las posibles explicaciones del por qué Josefo no narró la matanza de los inocentes, está el que la noticia no fue relevante por la cantidad de niños asesinados y el lugar donde ocurrió. Sobre esto, Manuel Murillo en un artículo publicado nos informa que en Belén en ese momento debió tener alrededor de 800 habitantes, por lo que la cifra de nacimientos podía ser alrededor de 20 nacimientos [8]. De esta forma, que murieran 20 niños en un pequeño pueblo de Judea no debía ser un acontecimiento de importancia para Josefo, pues era sólo una de las comunes muestras de crueldad de Herodes. Así, si lo que narrara San Mateo fuera algo contrario a la personalidad y carácter de Herodes, serían de pronto válidas las críticas a este relato, pero resulta lo contrario, y eran totalmente del estilo de actuar de Herodes. Las cifras apócrifas que hablaban de 3000 niños muertos son simplemente fantasía [9]

Otra posible alusión a la matanza de los inocentes, y menciono alusión porque el texto no lo menciona pero nos deja un paralelo que podríamos establecer. Hay un texto apócrifo llamado la Asunción de Moisés, quien en el capítulo 6 hace mención de Herodes en estos términos:
“A espada eliminará a los principales de entre ellos y en lugares desconocidos hará desaparecer sus cuerpos, para que nadie sepa dónde están sus cuerpos. A ancianos y jóvenes matará sin miramientos. Entonces habrá entre ellos, en su país, un intenso miedo a él. Durante treinta y cuatro años los sojuzgará como los habían sojuzgado los egipcios y les impondrá penalidades[10]
Lo interesante de esta cita del apócrifo es la descripción de Herodes de la forma en que el Faraón actuó con los israelitas en Egipto. Sabemos que Faraón mandó a matar a los infantes israelitas, y es muy diciente que sin mencionar la matanza de Herodes, se compare a Herodes con los egipcios, pues nos deja mayor espacio para no ver como descabellada la veracidad histórica.

3. ESTE RELATO SERÍA UNA ADAPTACIÓN DE OTROS RELATOS COMO LA VIDA DE MOISÉS
Otro de los argumentos en contra sobre la veracidad de la matanza es que sería una copia de la niñez de Moisés para mostrar a Jesús como el nuevo Moisés. Sobre esto se muestran paralelos como la orden de un tirano por matar niños, y la valentía de unos padres por salvar su vida. Así, San Mateo sólo reelabora la historia para mostrar cumplimiento en Jesús. Pero hay muchas diferencias entre ambos relatos:
·         La orden de Faraón no es para acabar con un niño en particular
·         La orden de Faraón es para evitar el aumento de israelitas y su apoyo a algún enemigo
·         Moisés no huyó de Egipto, fue criado ahí
·         Moisés vivió en el palacio de Faraón

No podemos negar que Jesús venga a liberar a Israel, y Moisés sea una prefiguración de Jesús, pero eso es muy diferente a que sea la misma historia adaptada. Sin embargo, es evidente que San Mateo conocía el relato del Éxodo y en esa clave coloca la profecía de Oseas sobre el llamado de Egipto, y la de Jeremías sobre los hijos de Raquel:
“Se escucha un grito en Ramá, gemidos y un llanto amargo: Raquel, que llora a sus hijos, no quiere ser consolada, pues se ha quedado sin ellos” (Jr 31,15; Mateo 2,18).

Para la época de San Mateo, la tumba de Raquel se encontraba en las proximidades de Belén, por lo que el Evangelista encuentra un punto de reflexión teológica entre el acontecimiento de la matanza ocurrido, y lo escrito en el profeta Jeremías.

Pero si existiera una historia que pudiera asemejarse más sería la Haggadah de Moisés que menciona Flavio Josefo, en donde se tendría el anuncio al Faraón de un niño que liberaría al pueblo y de un padre que es avisado en sueños de que debe salvar a su hijo. Ante esto Ratzinger deja ver que no son suficientes las similitudes para concluir que la narración del Evangelio sea una variante cristiana del relato de Moisés, sobre todo porque el texto de Josefo es posterior a la composición del Evangelio de Mateo[11].

Para quienes no consideran que sea propiamente una adaptación de la vida de Moisés, consideran entonces que sea una adaptación de la creencia de que un niño perseguido por el tirano gobernante. Daniel Vólter en su Die evangelische Erzühlungen von der Geburt und Kindheit Jesu (Estrasburgo 1911, 82-130), siguiendo a Soltau y a Petersen, cree encontrar el precedente (matanza de niños ordenada por un tirano para librarse de un posible competidor) en la Vita Augusti de Suetonio (cap. 94), donde se cuenta que pocos meses antes de nacer Augusto acaeció un fenómeno de mal agüero en el cual se vio el anuncio del nacimiento de un rey en Roma, cosa que el Senado trató de evitar ordenando el exterminio de los niños que nacieran aquel año, si bien los maridos de las mujeres encintas consiguieron que el edicto no se llevara a efecto. Pero es obvio que Mateo no puede estar influido por eso ya que Suetonio dedicó sus Vitae Caesarum al prefecto Septitio Claro (a. 119-121), o sea mucho después de la fecha de composición de S. Mateo [12].

EN UNA PÁGINA ATEA LANZAN LA SIGUIENTE ACUSACIÓN:
La leyenda de la “matanza de los inocentes” en la época de Moisés y que luego fue “copiada” por Mateo, probablemente surge de la leyenda hindú del asesinato de inocentes niños que sucedió cuando nació el dios Krishna. Cuando éste nació, el sabio volador Nárada Muni habló con el malvado rey Kamsa de Mathura y le dijo que este bebé estaba destinado a matarle. Como el rey no conocía el paradero de Krishna, mandó matar a todos los kumaras (en sánscrito literalmente “muere fácil”, bebé de menos de dos años de edad) de la zona de Mathura. Krishna habría nacido en julio del año 3228 a. C.[13]

Es cierto que en la leyenda de Krishna esto ocurre, pero lo que no dice la página atea es qué estos textos sobre Krishna son tardíos y no anteriores al Evangelio de San Mateo. Es en el Harivamsa en donde se narra la historia de Krishna tal como de quien es querido matar por su tío Kamsa para no ser derrocado, y es entonces cuando a Krishna lo protegen y lo llevan a vivir fuera de Mathura.

Henry Charles Puech en su obra “Historia de las Religiones” nos deja entrever que el Harivamsa es un texto posterior al siglo IV, y el Bhagavata Purana es de quinientos años posterior[14], y es en estos textos en donde se nos narra la historia de Krishna como similar a la de San Mateo. Por su parte Farquhar nos arroja que el Harivamsa es del siglo VIII d.C[15]. ¿Cómo pueden los ateos acusar a que la historia de la matanza de los infantes es copia de la vida de Krishna cuando el Evangelio fue escrito siete siglos antes que el Harivamsa? Como afirma la Enciclopedia Católica:
Pero resulta ser todo lo contrario. Todos los Indianistas autorizados están de acuerdo de que estas leyendas de Krishna no son anteriores al siglo séptimo de la Era Cristiana y deben haber sido tomadas de fuentes Cristianas[16]

4. ESTE RELATO MOSTRARÍA LA CRUELDAD DE DIOS POR NO PROTEGER LA VIDA DE LOS INFANTES Y EL EGOÍSMO DE SAN JOSÉ QUE NO AVISÓ A LOS OTROS PADRES
El argumento del dilema moral siempre ha sido utilizado por quienes no creen en Dios, incluso ha sido usado como argumento por los mismos católicos, quienes no podrían comprender a un Dios de amor que actúa así, véase por ejemplo lo que afirma el sacerdote colombiano eudista Alberto Linero[17] quien asegura que: sería un egoísmo extraño que no cabría en Dios”.

Pero la acción del mal moral se ve de muchas formas y sabemos que no es por deseo de Dios. ¿Acaso todo el mal que produce el pecado no es por deseo del hombre que rechaza la gracia?, y Dios que respeta la libertad del ser humano, no violenta la conciencia del hombre.

COMO NOS ENSEÑA EL CATECISMO:
Creemos firmemente que Dios es el Señor del mundo y de la historia. Pero los caminos de su providencia nos son con frecuencia desconocidos. Sólo al final, cuando tenga fin nuestro conocimiento parcial, cuando veamos a Dios "cara a cara" (1 Co 13, 12), nos serán plenamente conocidos los caminos por los cuales, incluso a través de los dramas del mal y del pecado, Dios habrá conducido su creación hasta el reposo de ese Sabbat (cf Gn 2, 2) definitivo, en vista del cual creó el cielo y la tierra [CIC 314]

UNA PÁGINA ATEA INCLUSO LLEGA A AFIRMAR:
Es curioso que José al enterarse de que los niños de Belén serían asesinados no le avisase a nadie del pueblo. ¿Qué clase de persona tan egoísta puede ser José que huye sin alertar ni siquiera a una persona?[18]

Tratemos de analizar esto, pues los ateos se dicen ser racionales. San José toca la puerta de otros vecinos, gente que no lo conocen porque no vivía allí, una cosa es que su ascendencia fuera de ahí y otra que lo conocieran de siempre. Llega y les dice que deben huir con sus hijos porque Dios en sueños le ha avisado que a su hijo lo quieren matar porque ese bebé es el Mesías esperado, y que debe huir a Egipto a cientos de kilómetros. ¿En serio piensa un ateo que le hubieran creído a San José? Es ridícula la acusación de egoísmo a San José. Además, ¿qué fue lo que Dios le reveló en sueños a San José?:
Después de la partida de los magos, el Ángel del Señor se apareció en sueños a José y le dijo:
"Levántate, toma al niño y a su madre, huye a Egipto y permanece allí hasta que yo te avise, porque Herodes va a buscar al niño para matarlo". José se levantó, tomó de noche al niño y a su madre, y se fue a Egipto. Allí permaneció hasta la muerte de Herodes, para que se cumpliera lo que el Señor había anunciado por medio del Profeta: Desde Egipto llamé a mi hijo. (Mateo 2, 13-15)

Hay que recordarle a los ateos que esto fue un “sueño” no una conversación telefónica. Segundo, que en el sueño no le dicen a José que Herodes vaya a matar a los niños del pueblo, sino que busca matar a Jesús. ¿Por qué debía San José suponer que Herodes mataría a todos los niños menores de dos años? ¿Acaso los Magos de Oriente le dijeron a José de su encuentro con Herodes? Los ateos que plantean este tema tan sólo hacen acusaciones sin fundamento.

Si el argumento para considerar válido el texto de la matanza de los inocentes fuera que Dios por ser amor no permitiría que murieran inocentes, habría que quitar varias páginas de la Biblia. Por ejemplo la muerte de San Esteban tampoco sería por la forma en que murió siendo que era inocente. O las muchas muertes de los mártires en los primeros siglos serían falsas por la forma en que Dios dejaría que ellos murieran.

Hay que recordar bien las palabras de Cristo: no teman a los que matan el cuerpo pero no pueden matar el alma (Mateo 10, 28). La muerte física no es el término de nuestra existencia. Tenemos esperanza en la resurrección y ese el verdadero regalo de nuestro Dios. Esos bebés asesinados seguro están en la presencia de Dios gozando eternamente. No podemos considerar una muerte prematura como un acto de egoísmo o crueldad de Dios.

CELEBRACIÓN EN LA LITURGIA
La matanza de los inocentes es un hecho que quedó registrado en las celebraciones litúrgicas de Oriente y Occidente. Los latinos la celebramos el 28 de diciembre, los griegos el 27 y los sirios y caldeos el 29 de diciembre. No se sabe la fecha exacta en que la matanza ocurrió, pero se ha querido dejar en la octava de Navidad, es decir la semana siguiente a la celebración del nacimiento de Cristo, porque estos bebés dieron su vida por el nacimiento de Cristo[19].
Esta fecha por tanto nos debe hacer rememorar a cuantos infantes son asesinados en el mundo. Cuántos mueren diariamente por el aborto y por otra clase de causas lamentables. Este día debería recordarnos a esos niños y no servir para hacer bromas y burlas como se acostumbra también desde hace tiempo. Esto de las bromas tiene su historia también y supuestamente evoca el ser juguetón y alegres de aquellos bebés cuya vida fue quitada por el afán de poder de Herodes.

Oremos por todos los infantes, incluidos aquellos que en nuestros días son asesinados antes de nacer.

NOTAS
[1] http://www.vatican.va/roman_curia/congregations/cfaith/pcb_documents/rc_con_cfaith_doc_19110619_vangelo-matteo_it.html
[2] http://www.vatican.va/roman_curia/congregations/cfaith/pcb_documents/rc_con_cfaith_doc_19640421_verita-vangeli_it.html
[3] DV, Cap. V, 19
[4] RATZINGER, Joseph. La Infancia de Jesús. Editorial Planeta, Edición 2012. Pág. 124
[5] Ib
[6] http://www.biblearchaeology.org/post/2009/12/08/The-Slaughter-of-the-Innocents-Historical-Fact-or-Legendary-Fiction.aspx
[7] MACROBIO, Saturnales. Edición de Juan Francisco Mesa. Edicioes Akal. Libro II; 11. Pág. 224. Versión Google Books.
[8] http://www.religionenlibertad.com/otro-28d-las-cifras-de-herodes-y-otras-cuestiones-por-supuesto-6204.htm
[9] http://www.mercaba.org/Rialp/I/inocentes_degollacion_de_los.htm
[10] PIÑEROS, Antonio. Los Apocalipsis. Editorial EDAF. 2007. Pág. 179.
Para una versión en inglés, leer https://archive.org/stream/assumptionofmose00unknuoft#page/22/mode/2up
RATZINGER, Joseph. La Infancia de Jesús. Editorial Planeta, Edición 2012. Pág. 115
[12] http://www.mercaba.org/Rialp/I/inocentes_degollacion_de_los.htm
[13] http://ateismoparacristianos.blogspot.com.co/2010/12/herodes-asesino-los-ninos-de-belen.html
[14] PUECH, Henri. Historia de las religiones: Las religiones en la India y en el extremo Oriente, Volumen IV. Siglo XXI Editores. Pág. 22
[15] FARQUHAR, Jhon. An outline of the Religiuos. Literature of India. Motilal. Barnasidass. 1984. Pág. 217
[16] http://ec.aciprensa.com/wiki/Brahmanismo
[17] https://www.youtube.com/watch?v=DbyZBthMkO8
[18] http://ateismoparacristianos.blogspot.com.co/2010/12/herodes-asesino-los-ninos-de-belen.html
[19] http://ec.aciprensa.com/wiki/Santos_Inocentes